martes, 12 de enero de 2010
Fellini Ha Dejado El Edificio (ó Un Ensayo Sobre La Crisis Creativa)
¿Cuál es la diferencia entre 8 1/2 de Fellini y Nine de Rob Marshall? Que la primera está hecha por un maestro, y la segunda está hecha por un fan del maestro. Que la primera en su secuencia inicial logra lo que la segunda en su totalidad no: engancharte y sentir con el protagonista.
Rob Marshall, encargado de un gran musical como lo fue Chicago, nos trae esta entrega fílmica que es una adaptación de un musical de Broadway que adaptó 8 1/2. No sé si ver Nine en teatro sea una experiencia inolvidable, electrizante, y llena de emociones, lo que si sé es que la película es plana, sin creatividad y con canciones solamente cumplidoras.
Rob Marshall parece estar poseído por la crisis creativa en la que su protagonista Guido Contini está sumergido. No existe un viaje cinematográfico espectacular, como el que esperamos de un musical. Las secuencias narrativas son muy mediocres, de poco atractivo dramático y menos visual. Las secuencias musicales son, como las canciones, simplonas.
Uno de los mayores problemas que Nine tiene es su guión. La historia tropieza desde el inicio, y es que en lugar de lanzarnos a la vida de nuestro protagonista en un momento donde el cambio urge, nos lanza cuando el cambio ya se ha dado. Desde la primer secuencia, Guido Contini ya está buscando el mensaje bendito de sus musas. Esto pudiera no ser algo negativo si la película tuviera algún punto de giro interesante durante, al menos, su segundo acto. Pero no lo hay. Guido Contini está en bloqueo creativo, y aquí lo unico que vemos es a un Daniel Day-Lewis en una sola nota: fumándose su ansiedad.
Debemos ser justos. Ése es el personaje... el personaje se mantiene igual por un primer y segundo actos flojos. Daniel Day-Lewis como actor es fenomenal, pero no tiene material con qué trabajar. Pero de hecho, lo único que mantiene a flote la película es la presencia de Lewis y de las mujeres de Guido: Penélope Cruz como su amante, Marion Cotillard como su esposa, Nicole Kidman como su musa y Sophia Loren como su madre. Fergie se queda afuera... la película sería lo mismo sin ella, o se beneficiaría.
Además de los actores, otro punto muy fuerte del film, con toda justicia debe mencionarse, es su gran resolución. Quizás lo único cinematográficamente valioso de la cinta sea la mayoría del tercer acto. Es inspirador, es elegantísimo, y es verdaderamente bello.
Nine definitivamente decepciona por todos los elementos que están ahí, pero que no se explotan en su totalidad. Es una gran muestra de que un guión débil, difícilmente se rescata.
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Chale... terminaste diciéndome algo así: compadre, para visualizar está rebuena.. pero no la veas para otra cosa.
ResponderEliminarLo que cuentas de la película, me sucedió con Chicago... personajes planos, nunca me emocionó...
Fui un poco injusto en que "lo único cinematográficamente valioso de la película es su tercer acto..." La película tiene una gran fotografía. Es parte de lo que la hace tolerable.
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