lunes, 11 de enero de 2010

Un Nuevo Mundo (ó Un Gran Espectáculo En 3D)


Avatar es sin lugar a dudas un gran espectáculo que vale mucho la pena incluso con sus 2 horas 42 minutos de duración. Hay muchas visiones caducas sobre el cine y su efectividad comercial. Una de ellas es el tiempo de duración. En los inicios del cine, por ejemplo, nadie creía que las audiencias pudieran sentarse a ver una pantalla por una hora. El estándar ahora es de 90-120 minutos. Cuando se pasa esa línea, los ejecutivos empiezan a preocuparse. La cuestión es simple: una buena historia o gran entretenimiento y si puedes mezclar ambas, ¡qué mejor! Avatar lo hace.

Su historia no es nada nuevo en el cine, eso es definitivo. Pocahontas, Danza Con Lobos, El Último Samurai, entre otros títulos nos servirían como ejemplos de lo mucho que se ha utilizado la premisa que se ejecuta en Avatar. Lo mismo pasa con muchas otras películas. Las historias, como varios autores aseguran, ya se han agotado, solamente cambia la forma de contarlas. Avatar cuenta una historia muchas veces vista con gran estructura a nivel guión, y con elementos visuales genuinamente sorprendentes.

El guión tiene algunos hoyos, como todas las historias. Sin embargo, son más notorias sus fortalezas que sus debilidades. Y su gran fortaleza radica en su estructura simple y clásica: está contada en tres actos puros y tiene puntos de giro muy efectivos que elevan los riesgos y lo que está en juego en el trama principal sin olvidar a los subtramas. Los subtramas están ahí para seguir iluminando el tema principal, no para opacar ni para intentar ser películas por sí solas. Ésto por sí solo ayuda a mantener el ritmo de la película y la atención del espectador por los 162 minutos de duración.

En cuestión visual hay poco que decir. Es grandiosa. Es una película que tiene que verse en 3D. Fue filmada en 3D y las cámaras fueron desarrolladas por el mismo director. Avatar marca una experiencia visual única en muchos años. Paul Jensen, guionista y maestro Canadiense, asegura que la experiencia de Avatar sólo puede equipararse con aquella leyenda urbana que data de 1895, en el que un pequeño público Parisino veía con asombro y terror cómo se iba acercando un tren hacia ellos, ignorando que se trataba sólo de una reproducción cinematográfica.

Al mundo de Avatar sólo le falta oler para poder decir que estábamos completamente sumergidos en él. El 3D utilizado en ésta película se utiliza como recurso estilístico que busca llevarnos a una experiencia única real y abrumadora. No se utiliza para las ya cansadas tomas de objetos volando hacia el espectador. Se utiliza para ir del hombro de nuestros personajes, y para enamorar a la audiencia de ese mundo del que nuestro personaje principal se enamora.

Sin embargo, la real grandeza de Avatar no radica ni en la historia como tal ni, mucho menos, en sus recursos estilísticos. Su grandeza radica en que tanto la historia y esos recursos estilísticos son subordinados a una tésis temática contundente: el mundo está conectado en armonía y sólo unos cuántos lo pueden ver. Es una línea temática urgentísima. Si bien es un tema un poco pesado mediáticamente, es un hecho que el humano no termina por entender. Si bien es un tema que en Avatar se deja caer con total fiereza, olvidando las sutilezas, los últimos años demuestran que la humanidad quizás necesite mensajes arrojados en la cara.

Avatar arroja éste mensaje a la cara. No tiene miedo. De hecho, arrojarnos ese mensaje le costó arriba de 250 millones de dólares. ¡Qué buena inversión!
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FOTO: http://i.usatoday.net/

3 comentarios:

  1. Estando de acuerdo con los grandes críticos... James Cameron really is the king of the world!
    Avatar es una película realmente conmovedora, con un uso de animación que conjuga a la ciencia y al arte. Vestir a los actores con trajes inexistentes y aún así mantener las reacciones humanas a flor de su piel 3d es extraordinario.
    James Cameron es un director de blockbusters muchas veces subvalorado. Sin embargo, con Avatar confirma su grandeza como un director que rinde culto a la humanidad; tan es así que empujó la tecnología lo más que pudo para contar, no sólo una histora, sino un sentimiento. Engrandeció de bella manera la urgencia de entender a nuestro ecosistema. Nos lo aventó a la cara en 3d para que no quedara duda de la necesidad de cuidar nuestro planeta.
    And yes, Na'vi women are sexy.

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  2. Lo que pasa es que entre los snobs cinematográficos se cree que un blockbuster o una superproducción por definición no vale la pena como arte. Así como piensan que las películas de "arte" (yo prefiero llamarlas alternativas... ya ni indie aplica...) no tienen intereses comerciales.

    Ambas posturas son erróneas.

    Lo bueno es que a genios y apasionados cineastas como Cameron no les quita el sueño nada de esto y siguen regalándonos grandes obras.

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  3. puro sindrome de estocolmo en estas peliculas...al actor al que mas me agrado su actuación y de como le pego este sindrome... es al Tom Cruise y el Ultimo Samurai... jajaja

    no, no creo en Cameron...se murió en T2

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